—No debería haber sido tan honesto, me disculpo. —Astaria se volvió hacia Graner y asintió educadamente.
—T-Tú… —No salieron palabras de la boca de Graner.
¡Estos bastardos!
¡Ellos… Estaban claramente burlándose de él!
¿¡Insignificante!? ¿¡Se atreven a llamarlo insignificante!?
¡Él era un Sabio!
¡Y un miembro de alto rango del Destino!
¿Qué pensaban que era él?
¿Pensaban que podrían meterse fácilmente con alguien como él solo porque tienen a esa perra del Gran Sabio respaldándolos?
Además, este bastardo de aspecto débil, ¿dijo que la Chica Espada era su esposa!? ¡Él la vio primero a la Chica Espada! ¿¡Cómo se atreve a robársela!?
—¿Cómo o- —Graner quería responder, sin embargo, antes de que pudiera, Nux interrumpió—. De todos modos, ves, incluso si insistes en mole- digo, en pedirle que se una a tu clan, me temo que eso es difícil, mi esposa, por supuesto, se unirá a mi clan.
Además, por favor no te ofendas, pero incluso a mí no me parece bien dejar a mi esposa en tu clan.