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Como vizconde y además hermosa, hay muchas personas que admiran su belleza pero había una diferencia entre Nux y ellos.
Los demás siempre tenían algún tipo de intenciones ocultas detrás de sus halagos. Ella era una noble, sabía lo doble cara que pueden ser otros nobles, por lo que nunca bajaba la guardia frente a ellos.
Sin embargo, Nux era diferente, él era solo un niño pequeño e impotente. Él no puede hacerle nada a ella, por lo tanto, sus halagos eran honestos. Esto sumado al hecho de que realmente no la estaba halagando y solo se sonrojaba incontrolablemente, Felberta estaba aún más segura.
Por supuesto, esta no era la única razón por la que Nux y los demás eran diferentes.
Había otra razón por la que los halagos de Nux eran distintos.
¡Este niño era realmente guapo!
¡Demasiado guapo!
Solo con mirar su rostro perfectamente esculpido combinado con esos hermosos ojos dorados, Felberta sentía que su corazón se aceleraba.
Todo esto combinado con el cuerpo débil y frágil que él tiene...
Felberta estaba realmente contenta con su hallazgo y había bajado un poco la guardia frente a él.
Sí, la buena apariencia realmente ayuda en muchas cosas.
—Vamos, Nux, ¿por qué no vienes aquí? ¿Planeas hacerme esperar tanto tiempo?
—N-No señora, y-yo voy
Nux entonces caminó hacia la cama, cuanto más se acercaba más se sonrojaba su rostro, luego sin esperar, subió a la cama y luego se movió detrás de la vizcondesa.
—Y-Yo voy a empezar s-señora...
—Sí, hazlo.
La mano de Nux tocó los hombros de Felberta. Su mirada se volvió concentrada y comenzó a masajearlos.
Sin embargo, sus habilidades de masaje eran cualquier cosa menos buenas, la vizcondesa quería decir algo pero cuando giró un poco la cabeza y notó su mirada sumergida en su rostro impresionante, ignoró el mal masaje y simplemente cerró los ojos.
Sin embargo, cuando recordó la mirada concentrada y la comparó con la mirada abrumada que tenía antes, una sonrisa traviesa apareció en su rostro. Luego giró la cabeza y preguntó.
—Debe ser difícil para ti masajear sin contacto directo con la piel ¿verdad? Espera, déjame quitarme este vestido.
Luego se levantó, formando deliberadamente un arco con su espalda y trasero para provocar a Nux antes de agarrar su vestido y con un movimiento, toda la prenda cayó al suelo.
Se quedó en la habitación vistiendo nada más que un conjunto negro de sujetador y braga.
Luego echó un vistazo rápido a Nux y al verlo parpadear tantas veces mientras la miraba sorprendido y con el rostro rojo, su sonrisa se ensanchó.
—S-Señora estaba b-bien... —Nux quería persuadirla pero ella lo interrumpió entre sus palabras y respondió.
—No te preocupes, no soy una persona irrazonable, sé que los masajes deberían hacerse con contacto directo con la piel. Ahora no te preocupes y continúa lo que estabas haciendo.
La vizcondesa se sentó de nuevo en la cama y rápidamente colocó las manos de Nux en sus hombros, instándolo a continuar.
Nux, por supuesto, no podía ir en contra de sus órdenes y continuó con el masaje.
Esta vez, cuando la vizcondesa giró la cabeza, vio la misma mirada concentrada, pero no se perdió el tinte de rojo que él estaba tratando de ocultar. No solo eso, incluso notó que sus manos temblaban un poco.
—¡Jajaja! Es tan lindo e inocente~ —pensó Felberta con una sonrisa.
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