—Meh, no fue nada. No te hagas la sorprendida, suegra.
Nux se encogió de hombros.
—¡¿Pero de qué demonios estás hablando?! ¿¡Te das cuenta de lo que has hecho!? ¡Has matado a un Emperador! ¡Un Emperador! ¡La existencia más fuerte en el mundo! ¡Has perturbado el Equilibrio del mundo! ¿¡Te das cuenta de eso!?
—Vamos, si hubiera sido el más fuerte, no habría muerto, ¿sabes?
Nux mantuvo su actitud despreocupada.
Definitivamente estaba disfrutando de la reacción de su suegra.
—Tú... ¿Cómo lo hiciste? Aún eres solo un Cultivador de la Etapa del Rey, ¿cómo puedes matar a un Emperador por tu cuenta? —preguntó Riona.
Aun así no podía creer lo que había pasado, no obstante, viendo el cuerpo decapitado de Amletus tendido en el suelo sin ningún movimiento y su cabeza que ahora había rodado hasta el Muro, no le quedaba más remedio que creerlo.
Amletus, el Emperador, el Protector del Reino de Skadi estaba muerto.
—Créeme, no miento, era débil.