—No te defraudaremos, Dama Astaria —dijo uno de ellos—. Definitivamente venceremos al Señor Nux.
Astaria sonrió y asintió.
Los tres hombres entonces salieron de la habitación.
Al salir, la sonrisa de Astaria se convirtió en una irónica y luego suspiró.
—Derrotarlo, huh... No es posible... Al menos no hasta que te conviertas en Cultivador de la Etapa Emperador.
Por supuesto, ella nunca diría eso en voz alta ya que esto simplemente rompería la moral de la Unidad Sombra.
*Toc* *Toc* *Toc*
De repente, Astaria escuchó otro golpe.
—Adelante —ordenó.
Un hombre con cabello negro, ojos dorados y un rostro atractivo entró con una sonrisa juguetona en su cara.
—Dama Astaria, estoy aquí. ¿Me extrañaste? —preguntó él.
Astaria miró al hombre con una expresión impasible en su rostro.
—¿Por qué te extrañaría? —respondió ella.
—Porque te enamoraste de mí y no podías sacarme de tu cabeza —insinuó Nux—. Tan desvergonzado como siempre, veo.