—¿Qué crees que elegirían? —Astaria observó la expresión de Amaya y parpadeó unas cuantas veces.
Luego miró a Nux, y sin necesidad de formar una conexión telepática con él, Nux todavía podía leer su expresión.
—¿Dónde encontraste a este demonio?
Al ver esto, una sonrisa orgullosa apareció en el rostro de Nux, él luego caminó hacia Amaya y le acarició la cabeza.
—¿Ves? ¿Te lo dije, no? Todas mis esposas son mujeres increíbles.
—Te creo, tus esposas son realmente increíbles. —Astaria asintió.
—¿Entonces? ¿Deseas uni-? —Nux estaba a punto de intentarlo de nuevo, pero esta vez, Astaria ya lo había leído.
—No.
—P-Podrías haberme dejado terminar la frase… —…" Astaria miró a Nux con una expresión vacía en su rostro.