—Bien, se acabó el tiempo, ya deberías irte —Amaya habló.
Riona la miró y puso cara de disgusto.
—Realmente me odias, ¿verdad? —Amaya suspiró—. Ya te lo dije antes, no te odio, si no te vas, alguien comenzará a sospechar de ti, es una tontería alargar esta reunión unos minutos cuando podría arruinar nuestras futuras reuniones.
—Tsk, tener una hija que es una genio también tiene sus propios problemas —Riona bufó, luego, extendió la mano y se levantó—. Bien, me voy chicos. Nos veremos de nuevo mañana, ustedes pueden discutir el plan con Nux, si él está de acuerdo, podemos tener una discusión aún más detallada. ¿Está bien?
—No te preocupes, lo discutiremos con él —Thyra asintió.
—Sí, ahora vete —Amaya agitó sus manos.
Parecía como si la estuviera espantando.
La escena era bastante cómica con Riona haciendo pucheros como una niña pequeña. Uno incluso podría preguntarse quién es la hija aquí.
Entonces Riona salió de la mansión con una mirada triste en su rostro.