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—He visto con mis propios ojos lo miserable que ha sido al enviar a su hija lejos, Lady Riona simplemente es incapaz de herir a Señora Amaya. Ella la ama más que a su propia vida —Kelton respondió con una mirada solemne en su rostro.
—Aún así, no cambia el hecho de que me traicionaste.
De repente, otra persona con una capa grande que le ocultaba el rostro entró.
Los ojos de Kelton se abrieron en sorpresa, con sus temblorosos dedos, señaló a la mujer que acababa de entrar y tartamudeó,
—L-L-Lady A-Amaya...
—…
La señora no dijo nada.
—T-Tú eres L-Lady Amaya, ¿no es cierto? —Kelton preguntó.
—…
Una vez más, la dama encapuchada no respondió.
—¡Amaya!
Por otro lado, Riona no esperó nada, sin ninguna confirmación, se abalanzó directamente hacia la dama encapuchada. Sin embargo, antes de que pudiera abrazarla, la dama desapareció y apareció detrás de Nux.
Luego reveló su rostro y en el momento en que los ojos de Riona y Kelton cayeron en su rostro, se abrieron de sorpresa.