—Estas son todas las cosas en las que pude pensar —habló Arvina.
—Hm hm —asintió Nux.
Al verlo así, Arvina no pudo evitar decir:
—Solo... solo no la ofendas, ¿de acuerdo?
—Por supuesto, no tienes que preocuparte por eso —respondió Nux con una mirada segura en su rostro.
Arvina no le gustaba para nada esa mirada segura, sin embargo, al final, decidió confiar en su estudiante.
—¿Nux? ¿Estás despierto? —de repente, Nux escuchó la voz de Evane en su cabeza y frunció el ceño.
—¿Hmm? ¿Qué pasó? —preguntó.
—La Dama Astaria te está convocando. Bueno, en realidad me está convocando a mí, pero creo que la razón principal de eso es porque quiere conocerte —dijo Evane.
—¿Hmm? ¿No le dijimos que estaba herido? —Nux frunció el ceño.
—Solo se rompieron tus piernas, 2 días son más que suficientes para que se curen, no podemos seguir usando esa excusa —respondió Evane y el ceño de Nux se profundizó.
—¿2 días? —preguntó.
—¿Hmm? —también frunció el ceño Evane.