—¡¿Por qué demonios sabes eso?! —gritó Evane, impactada.
—... —La habitación entera quedó en silencio.
—Ehm... Hermana Evane... puede que les haya dicho... por error... —No fue un error en absoluto.
—¿Se los dijiste? ¿Cuándo? Estabas sentada justo frente a mí. ...
—Skyla no sabía cómo responder esa pregunta.
De repente, Ámbar palmeó el hombro de Evane y se sentó justo a su lado.
—Tenemos nuestras maneras de hacer eso, pronto lo sabrás, pero no hablemos de ello ahora. Dime, ¿cómo es que aún no lo has hecho? —dijo Ámbar.
—En efecto, en efecto —Edda se acercó y se sentó cerca de Evane también—. También tengo curiosidad. Estoy segura de que Nux y tú han pasado las últimas 3 noches juntos el uno con el otro. Dime, mi Hermana Evane, ¿cómo demonios resististe a esa andante pieza de carne, exquisita y deliciosa?
—¿C-Carne? —preguntó Evane, confundida.
—Ughh... no la escuches. Ella tiene algunos... Problemas en su cerebro —dijo otra voz.