—¡General Ámbar! —El soldado saludó.
—¿Por qué estás aquí? Te dije que no me siguieras, ¿verdad? —Ámbar preguntó con el ceño fruncido.
Ella sabía que sus soldados no se atreverían a desobedecer sus órdenes, no hasta que les sucediera algo que no pudieran manejar por su cuenta.
—General Ámbar, Lord Finkelstein está aquí —informó el soldado y tan pronto como Ámbar escuchó ese nombre, su rostro se tornó solemne.
—¿Finkelstein? ¿Quién es él? —Nux preguntó con el ceño fruncido.
Ámbar no muestra ese tipo de expresión muy a menudo.
Nux estaba seguro de que algo estaba mal con este tipo Finkelstein.
—Es un hombre problemático con el que tratar —se giró Ámbar hacia Nux y respondió.
—¿Eh? ¿Cómo puede haber alguien más problemático que yo? —El ego de Nux resultó herido.
Y al escuchar esas palabras, Ámbar sacudió su cabeza con impotencia. Miró a Thyra en busca de ayuda, sin embargo, la mujer estaba ocupada asintiendo con la cabeza, de acuerdo con la afirmación de Nux.