—El General ha accedido, sígueme.
El Subgeneral regresó y murmuró con un tono estricto.
El hombre vestido de negro miró a la mujer y sus ojos dorados brillaron.
—Hiciste un buen trabajo, mi amor.
—Je, es tan fácil manejar a personas con egos grandes —la mujer sonrió.
—Thyra, tú niña traviesa~
Una sonrisa apareció en el rostro de la mujer.
Sí, si todavía no lo han descifrado, las dos personas que entraron casualmente a un campamento militar no eran otros que Nux y Thyra.
Sorprendente, ¿verdad?
—Bien, sigamos a este gigante. Quiero conocer al general y terminar con esto —Nux murmuró.
Thyra asintió y los dos aparecieron frente a la tienda más grande de esta área.
—General, ellos están aquí —el Subgeneral murmuró, no esperó ninguna respuesta y entró directamente en la tienda.
Nux y Thyra lo siguieron y pronto, los ojos de Nux se posaron en una mujer vestida con un abrigo negro sentada en una silla con una mirada despreocupada en su rostro.