—¡Este es mi baño! ¿¡Qué haces aquí!? —preguntó Amaya en voz alta. Sin embargo, Nux no perdió su sonrisa y respondió con otra pregunta.
—¿No eres mía? —preguntó Nux.
—¿Eh?
—Hicimos un trato, recuerda, eres mía en mente, cuerpo, corazón y alma. ¿Eso no significa que tu baño también es mío? —Nux preguntó y Amaya no pudo evitar pensar que lo que decía tenía algo de sentido. Sí, ella era suya, así que su baño también era suyo. ¿Cuál es el problema con eso?
—Creo que ahora todo está claro, ¿no es así? —murmuró Nux y Amaya asintió.
—Está bien, entonces vamos a bañarnos.
Diciendo esto, Nux agarró la mano de Amaya y caminó hacia el baño. Amaya tampoco se resistió y siguió caminando, sin embargo, pronto, salió de su ensoñación y entró en pánico.
—¡¿Qué haces!? —preguntó Amaya, alarmada.
—¿Eh? ¿Tenemos que pasar por todo eso de nuevo? Vamos a tomar un baño en un baño, ¿qué tiene de malo eso?