—No está aquí…
Amaya pensó para sus adentros mientras miraba a su alrededor en su habitación con un ceño fruncido en su rostro. Era temprano en la mañana, el momento en el que usualmente termina su cultivo y abre los ojos para ver a Nux parado justo frente a ella, mirándola con una sonrisa en su rostro.
Sin embargo, hoy, abrió los ojos y vio una silla vacía.
Nux no estaba aquí…
Un ceño fruncido apareció en la cara de Amaya.
—¿Por qué no estaba aquí hoy?
No obstante, pronto, sacudió su cabeza y se encogió de hombros.
—Bueno, eso es bueno, puedo cultivar más.
Necesitaba más fuerza, no tenía tiempo que perder.
De hecho, era bueno que él no estuviera aquí, de esa manera, podía usar su tiempo de manera más eficiente.
Amaya entonces cerró los ojos y empezó a cultivar.
O eso quería hacer, pero…
No podía concentrarse.
Diferentes pensamientos empezaron a aparecer en su mente.