—Rumores sobre ti y tu agujero fácil. Tu olor es el mismo que el de la casa de prostitución.
Mujer, ¿cuántas veces has vendido ese cuerpo tuyo? ¿Y con qué clase de gente has cumplido la faena? —Goku se tapó la nariz mientras miraba a Edrea con evidente disgusto en sus ojos.
—¿Q-Qué? —Edrea parpadeó varias veces.
No esperaba que este hombre apuesto dijera algo tan vulgar. ¿Acaso le había ofendido de alguna manera? ¿O realmente olía mal? No, eso no puede ser cierto, ¿verdad? Edrea frunció el ceño.
—¿Te he ofendido de alguna manera, Maestro Goku? —preguntó Edrea respetuosamente.
—Ves, eso es lo que confirma que lo que dije es cierto, si fueras una mujer inocente, me habrías contestado en voz alta —murmuró Goku.
Esta vez, una vena palpitaba en la frente de Edrea. Sin embargo, aún se controló y una sonrisa distorsionada apareció en su cara,