—¿El departamento de limpieza ha limpiado las habitaciones que les indiqué?
—Sí, subordinada Edrea, he comprobado y las habitaciones están limpias.
—¿Y el departamento de lavandería?
—Sí, también han lavado toda la ropa, y actualmente está siendo enviada a sus respectivos dueños.
—Buen trabajo.
—Sí, gracias, subordinada Edrea.
—Hmm.
—¿S-Subordinada Edrea?
—¿Sí?
—¿P-Puedo irme ya? Todavía me queda trabajo por hacer...
—Está bien, puedes irte —Edrea asintió.
—¡S-Sí, gracias! ¡Subordinada Edrea! —La criada se inclinó y luego salió apresuradamente de la habitación de Edrea.
Estaba entrando en pánico.
¡Estaba asustada!
Fue solo después de dejar la habitación de Edrea que suspiró aliviada y se marchó rápidamente.
Pronto, encontró a su amiga que parecía tan preocupada como ella y su amiga preguntó:
—No la has ofendido, ¿verdad?
—N-No. Hice todo lo que me dijo que hiciera —La criada respondió.
—Bien —Su amiga asintió.