—Me disculpo si te ofendí de alguna manera, Señorita Allura. Sin embargo, aún faltan quince minutos para la hora de comer, así que no estoy atrasado. Eres tú quien llegó demasiado temprano. No es que me esté quejando, más bien, me alegra saber que estás tan emocionada por nuestro almuerzo juntos como yo.
—¡T-T-Tú! ¿Eres un fantasma? ¿Cómo apareces detrás de mí cada vez sin que me dé cuenta? ¿Y por qué mis protectores no pueden detenerte? —preguntó Allura.
—Sí, esa era la reacción que esperaba cuando aparecí detrás de ti la primera vez. Sin embargo, me decepcionaste y empezaste a hacer todas estas preguntas. Bueno, también puedo entender eso, me extrañabas mucho ese día, así que era normal —murmuró Nux con una sonrisa en su rostro.
—¡No te estaba extrañando! —replicó Allura, luego se dio cuenta de algo y replicó otra vez—. ¡Además, no estoy emocionada por este almuerzo para nada! ¡No llegué temprano!
—Llegaste temprano, Señorita Allura.
