—¿E-Edda? ¿Por qué estás aquí? —preguntó Allura sorprendida mientras se ponía de pie.
Se giró un poco y, aunque estaba segura de que él se escondería, suspiró aliviada al no verlo.
«Es rápido», pensó Allura para sus adentros.
«¿Está acostumbrado a esto?»
Allura comenzó a pensar.
«¿Cuántas veces ha hecho esto antes? Espera... ¿con cuántas mujeres ha estado antes?»
—¿Señorita Allura?
Entonces Allura fue sacada de sus pensamientos por la voz de Edda.
Luego sacudió la cabeza para deshacerse de esos pensamientos mientras se acercaba a Edda y preguntaba.
—Edda, ¿por qué estás aquí? ¿No estás ocupada en este momento? —inquirió Allura.
—Estoy descansando en este momento, Señorita Allura. En realidad, estoy aquí para compartir algo contigo...
—¿Qué es? —preguntó Allura.
—Se trata de mi... mi novio... No tengo con quién hablar, así que pensé en hablar contigo —murmuró Edda.