—Eres una mujer de primera clase, Felberta. Una belleza de primera clase —Nux susurró en su oído mientras circulaba su dedo alrededor de sus canales auditivos.
El cuerpo de Felberta se estremeció en anticipación, luego una sonrisa pícara apareció en su cara mientras le daba una palmadita ligera en la mano.
—¿Qué estás haciendo, eh?
—¿Ehh? Actúas como si no supieras lo que estoy haciendo o lo que estoy a punto de hacer —Nux replicó.
—Realmente no sé lo que vas a hacer —Felberta respondió con una leve sonrisa en su rostro.
Una sonrisa astuta apareció también en el rostro de Nux, su otra mano se movió y agarró su suave pecho mientras empezaba a amasarlo.
—¿Realmente no sabes lo que estoy a punto de hacer?
—¿Por qué te mentiría a ti? —Felberta preguntó de vuelta.
—Ohh, entonces dime, ¿estás disfrutando lo que estoy haciendo? —Nux rápidamente entendió su juego y comenzó a pensar en maneras de terminarlo bien.
—Me siento incó-