—¡Alabada sea la Varita! —exclamaron los hombres fanáticos mientras sus mujeres gemían en el altar.
Los hombres fanáticos cantaban mientras sus mujeres gemían en el altar. Cualquier persona que viera esta escena se sentiría mareada. En medio de tantas mujeres, un hombre se erguía dominante.
Sus cuernos harían que la gente se estremeciera, pero hoy no era el caso. Jake no estaba usando ningún tipo de magia de apariencia aquí porque no había necesidad. La gente ya estaba lavada de cerebro.
—Annhhh~ Anhh… Annnh! —gemidos que no cesaban.
Estaba follando sin parar a una mujer cuyo nombre no conocía. Era una morena, más alta que la mayoría de las mujeres. Le gustaban sus gordos melocotones y la forma en que gemía.
Sosteniendo su cintura con fuerza, Jake la estaba desgarrando por detrás. Ella estaba en el suelo, sostenida por las otras mujeres que la presionaban en la parte superior del cuerpo para el Señor.
—¡Phah! ¡Pahh! ¡Pahh! —los sonidos eran evidentes.