—Quiero aparearme con estas dríadas —dijo Jake, levantando sus manos. Su expresión implicaba que deberían aceptar inmediatamente mientras aún había una oportunidad.
Esto tomó por sorpresa al druida anciano. ¿Quién hubiera imaginado tal demanda? Edgar desde luego no. Su primera reacción fue la ira, pero su título como El Sabio Anciano lo calmó.
—¿Qué quieres decir…? —Edgar en cambio intentó hacerse el tonto.
—¿No escuchaste? —06 avanzó, ignorando las miradas de Erin, Ruxa y Perry.
—Quiere follaros a todas, así que alinead vuestras conchas —Sus palabras eran vulgares pero directas. No había margen para rodeos.
Edgar estaba dividido entre dos opciones. Quería proteger el bosque, por supuesto. Pero eso implicaría la humillación de estas dríadas. Eran como hijas para él.
—Podría cambiar de opinión si no te apuras —El fuego oscuro se hacía más grande mientras Jake hablaba. Ahora parecía consumir la misma luz de la luna.