—Mira, entiendo que no quieres interrupciones. Tampoco quiero molestarte, ni quiero estar discutiendo continuamente. Solo dame las respuestas que quiero y te dejaré en paz —dijo Lex.
Zagan no respondió de inmediato y mostró una cara de disgusto. Las ilusiones inducidas por Farham podían percibir su distracción, e inmediatamente incrementaron la potencia de la ilusión. Por un instante, Zagan casi creyó genuinamente que la ilusión en la que vivía era real.
Sudor frío apareció en su frente, y esta tribulación aparentemente fácil se hizo inmensamente más difícil con la adición de un simple y único humano. ¡O quizás... esto también era parte de la tribulación! ¡Por supuesto! ¡De repente, tenía tanto sentido!