Lex contuvo un gemido. Había perdido la cuenta de cuántas entidades universales había establecido una relación. La Posada de Medianoche era obvia. Luego había varios Señores del Dao y Señores Semi-Dao. Después estaban los Henali. Tampoco podía olvidar al misterioso hombre que apareció de repente en su habitación un día. También debía recordar que tenía un enemigo desconocido en alguna parte, de quien había robado a Fenrir - no tenía idea del nivel en que ese tipo estaba.
Había también varios sistemas con los que había estado lidiando, pero evitando involucrarse demasiado, tales como el Emporio y el Grupo mercenario Pavor Devastador (el grupo mediante el cual la Posada contrataba guardias adicionales para sus eventos).
