Lex estaba sentado en silencio dentro de la habitación privada, tamborileando con su dedo índice sobre el reposabrazos de su sofá. El sonido de canto y celebración se podía oír débilmente desde el exterior, aunque eso solo era porque Lex había dejado la puerta ligeramente abierta. Después de todas las penosas experiencias por las que todos en esta taberna habían pasado, era sorprendente que aún pudieran celebrar así.
Pero al mismo tiempo, era porque todos habían pasado por momentos tan duros juntos que estaban tan unidos.
Lex también tenía que admitir que sentía un vínculo especial por todas estas personas que habían estado a su lado durante su muy estresante período de estar atrapado lejos de la Posada. Era por esa razón específica que se sentía ligeramente estresado en este momento.
