Harry puede haber sido el primero en adoptar el nombre, pero ciertamente no fue el último. Cuando al personal se le ocurrió que podrían tomar el nombre de Medianoche, fervor y celo se propagaron entre las masas. Ya no tendrían solo un nombre. Ya no carecerían de origen. Serían una sola familia.
Pero tan rápido como se propagó la emoción, también lo hizo el miedo y la vacilación. A diferencia de Harry, quien fue reconocido por todos y tenía una relación especial con el Posadero, la mayoría se sentía indigna del nombre.
Por un lado anhelaban el nombre y todo lo que implicaba, pero por otro lado debido a la inmensa adoración que sentían por el nombre y su prestigio, se sentían indignos de adoptarlo. No se atrevían a admitir a nadie la lucha que sentían, sin embargo, no conseguían una respuesta para su conflicto interno.
