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Lex recordaba todo lo que había escuchado en la Posada sobre los invasores extraterrestres. Mucha gente que se enfrentaba a ellos los llamaba extraterrestres, mientras que algunos afirmaban haber luchado contra una especie de robots. La suposición que él había hecho era que los invasores consistían en una raza que también utilizaba muchos robots.
Era un concepto que le resultaba fácil de entender. Pero este robot que tenía un soplo de alma dentro de sí le confundía. Especialmente porque... él era quien lo llamaba un soplo de alma. De hecho, no tenía ni idea de lo que era.
Mirándolo, su intuición le decía que era una especie de espejismo de un alma real, pero el alma no estaba presente en el cuerpo del robot. En lugar de eso, estaba en otro lugar y utilizaba el soplo para controlar remotamente el robot.
Por supuesto que eso era solo una suposición y no podía confirmarse, pero Lex más o menos confiaba en su intuición.
