Harry envolvió a Lex en la capa del barbero y roció su cabello con agua fría.
—Antes de comenzar, solo quiero asegurarme de que estás de acuerdo con que lo estilice como yo quiera, ¿verdad? —preguntó.
—Sí, no hay problema —respondió Lex.
Harry asintió y, en cuanto comenzó, su expresión cambió abruptamente. Lex estaba mirando al chico en el espejo y vio su mirada concentrada y seria mientras peinaba el cabello de Lex en varios estilos. Una vez que decidió lo que quería hacer, empezó a recortar.
El adolescente recortaba a un ritmo constante, como si supiera exactamente cuántas veces necesitaba cortar en un área y por cuánto. Con su peine en la mano, medía la longitud del cabello de Lex y luego lo cortaba según fuera necesario.