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A medida que Lex cojeaba acercándose al sanador, podía escuchar la conversación que los soldados tenían con él.
—...no soy un bárbaro, soy un doctor. Si deben exagerar, entonces como mucho soy algo así como un chamán. Absolutamente no puedo entrar al campo de batalla. Si algún soldado requiere atención médica, pueden traerlos aquí. —La situación no lo permite... —¡Al diablo con la situación! No les serviré de nada muerto, y eso es exactamente lo que pasaré si entro al campo de batalla. Si no son capaces de mantener la línea, entonces díganlo, y en lugar de encontrarme, ¡comiencen evacuaciones! Ahora si me disculpan, ¡tengo pacientes a los que atender!
Lex frunció el ceño. La advertencia de sus instintos se estaba volviendo crítica, y parecía que el imperio no podía controlar la situación. Sin embargo, era extraño, porque según el entendimiento de Lex del imperio, deberían ser totalmente capaces de reaccionar a una emergencia como ésta.
