—No hay razón para centrarse tanto en una etiqueta innecesaria —dijo Firin en respuesta a todos los que lo saludaban y expresaban cuán honrados se sentían de conocerlo. Durante mucho tiempo ni él ni Aizel dejaron su morada dentro de la nación de Cristal, por lo que solo los más privilegiados de la Raza de Cristal tuvieron la oportunidad de conocerlos.
—En cambio, nuestro tiempo estaría mejor invertido centrando nuestra atención en el propósito de esta reunión.
Nadie se ofendió por la franqueza mostrada por Aizel. Todas las razas en el reino entero dependían de las aves Sol y Frio, así que nadie iba a iniciar una pelea con el primer ave Sol. Además, había una simple verdad en la vida que nadie podía negar, la cual era que la fuerza es el derecho. Firin era el ser vivo más antiguo y uno de los más poderosos, si no el más poderoso en su reino.
