Lex no despidió su proyección después de terminar con José y Mario. En su lugar, fue a ver a Aegis, que había estado sentado en la taberna, conversando una vez más con Roland.
A Lex le daba un poco de curiosidad sobre lo que hablaba la pareja, pero no lo suficiente como para escuchar a escondidas. Tan solo le hizo una señal a Aegis para que lo encontrara en la habitación privada para poder hablar.
El príncipe heredero respondió de inmediato, dejando a Roland solo con un plato de papas fritas como compañía por el momento.
Cuando entró en la habitación, Lex no perdió tiempo y le presentó dos llaves, una de platino y otra dorada.