—Se preparó para ser asediado por los peces, pero no ocurrió nada —dijo Lex. El banco de gordos peces rojos lo miraba con sus grandes ojos llenos de curiosidad. Uno, con vacilación, se apartó del resto y se acercó a Lex, como si observara a un animal en un zoológico. Nadó en círculo alrededor de Lex para mirarlo desde todos los ángulos antes de acercarse, como si quisiera probar las intenciones de Lex.
Divertido por los peces, Lex extendió lentamente su mano y acarició suavemente las escamas del pez, lo cual pareció agradarle. Sus ojos se revolvieron ligeramente y emitió un pequeño borboteo, como para demostrar disfrute.
Lex sonrió con suficiencia. Le recordó a los gordos peces rojos que había visto antes en un anime llamado Magikarpet. Tomó nota especial de este pez y decidió agregar alguno cuando regresara a la Posada.