Desde el momento en que los Raskals entraron a la Posada hasta que Mary le dijo a John que luchara, habían pasado aproximadamente 40 segundos. En ese tiempo, Lex había teletransportado a casi 100 invitados y se había coordinado con Mary para que ella atacara ciertas áreas con la Vid Víbora Delincuente. Con la amenaza inmediata para la mayoría de los invitados y su personal desaparecida, Lex empezó a revisar sus diversos nuevos permisos para ver la mejor manera de resolver la situación.
De vuelta en su tienda, Lex se había puesto pálido y su cuerpo entero estaba empapado en sudor. Su agotamiento mental había ido más allá de cualquier cosa que hubiera experimentado antes. Entre estar constantemente escaneando la Posada, coordinando, teletransportando y asegurando la seguridad de todos, en esos pocos segundos, ya había realizado cientos de tareas, y aún no había terminado.
Lo más rápido que encontrara una solución, mejor, así que ahora toda su atención estaba en buscar una respuesta.