El cerebro de Lex entró en sobremarcha. En menos de un solo segundo, trató de encontrar diversas soluciones. Intentó bloquear la entrada de los demonios, simplemente porque era la solución más fácil. Sin embargo, antes de comenzar el evento, tenía que decidir sus reglas y formato. Todo lo que sucedía se basaba en esas reglas. Ni siquiera Lex, ni el sistema podrían cambiar las reglas al azar una vez que el evento había comenzado. Dado que se habían definido los parámetros de 'cualquiera de ese planeta—aunque de una manera poco precisa—, Lex no podía hacer nada para prevenir su participación.
Como desarrollador él mismo, Lex entendió la lógica detrás de ello. A menudo un cliente le pediría que 'simplemente quitara algo' o creara un botón mágico que simplemente realizara una acción determinada. Sin embargo, por simples que sonaran estas solicitudes conceptualmente, la complejidad detrás de incluso el más mínimo de los detalles no debía subestimarse.