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—Son mucho más débiles de lo esperado —un elfo sombranocturno, siguiendo a Nightingale, pronunció cuando tumbó a otro guardia.
Llamarlos guardias ya era demasiado elogio en la opinión del elfo porque ni siquiera hacían falta tres tajos para acabar con la vida de uno de ellos.
Solo los guardias del rango Keltia eran algo decentes, pero eso era de esperar. Eran los mercenarios que habían sido contratados por los cobardes Shelturion para compensar las bajas habilidades de lucha de sus guardias.
—Simplemente alégrate de ello. ¿No sería mejor que todos nosotros fuéramos forzados a usar nuestra fuerza completa y temer morir… por una misión así? —otro elfo sombranocturno señaló encogiéndose de hombros.
La situación actual era bastante simple, Nial se había separado de los elfos sombranocturnos, y el grupo de elfos sombranocturnos también se había dividido.
Había tres caminos que se alejaban de la entrada del laboratorio oculto y habían decidido utilizar todos ellos.
