Después de un breve reagrupe y felicitaciones, el grupo esperó ser transportado a la ronda final, donde los jugadores lucharían por el título de Campeón.
Mientras el grupo estaba ocupado hablando, Sumeri miró hacia Ren —No es de extrañar que estés tan confiado. ¿Cómo lograste que tu ATP fuera tan alto?
—Una serie de suertes.
Sumeri solo asintió sin creer una palabra de Ren —Y supongo que no podrías decirme cuánto exactamente, ¿o puedes decirme cómo lo hiciste? Estaba curiosa y tenía que admitir que también un poco celosa. Si ella tuviera ese tipo de ATP y habilidades, probablemente sería lo suficientemente buena como para llevar a cabo su venganza.
En ese momento, Ren la miró, y sus ojos azul océano nunca dejaban de quitarle el aliento —No deberías preocuparte por mi ATP y concentrarte en la pelea que viene. Después de todo, podríamos enfrentarnos al León Negro.
La sonrisa de Sumeri se desvaneció, y su corazón se contrajo ante la idea de encontrarse con Scar de nuevo.