Tan pronto como Roy ingirió la pastilla, una oleada indescriptible de energía se apoderó de su cuerpo, similar a una tormenta atronadora que se gestaba en su interior. Sintió una fuerza intensa acumulándose dentro de él que subía desde el fondo de su estómago hasta que finalmente colisionó con la apertura de su mar de conciencia.
¡Boom!
Luego, como si el cielo hubiera retumbado, un rugido ensordecedor estalló dentro de él, junto con una onda de choque. La onda de choque que emanaba del cuerpo de Roy era tan intensa que parecía como si una feroz tormenta estuviera desatada dentro de él, y sacudió todo en su lugar. La habitación temblaba como si hubiera golpeado un desastre natural, e incluso las puertas y ventanas cerradas vibraban en respuesta. Era como si alguna fuerza invisible se hubiese rebelado contra el orden natural de las cosas, como si los mismísimos cielos hubieran sido desafiados.
A continuación, siguió una notificación.