—¿Quién diablos eres tú? —gruñó Lucas, su agarre en su espada y su mujer se hizo más fuerte. No podía negar que sentía una extraña sensación de familiaridad hacia el hombre, pero no podía precisar por qué. Y eso le hacía sentir aún más irritado.
El hombre se presentó como Marty y afirmó que alguna vez fue conocido como el príncipe de Sumeria, que había sido destruida aproximadamente hace dos décadas.
La mente de Lucas corría mientras se daba cuenta de que este era el mismo hombre que había causado caos y destrucción dentro del imperio durante su escape a la capital criminal del mundo. Marty parecía conocer la identidad de Lucas como caballero andante y los secretos del imperio, provocando que Lucas se inquietara cada vez más.