—¿¡No estás muerto?! —exclamó el liche, su voz temblorosa incrédula.
—Lo siento por decepcionarte —replicó Roy, una astuta sonrisa extendiéndose a través de su rostro ensangrentado—. Pero estoy muy vivo.
La ropa de Roy estaba desgarrada y hecha jirones, y su cuerpo era un retablo de heridas. Su piel antes perfecta y clara ahora estaba marcada con innumerables cortes sangrientos y moretones. Estas imperfecciones mostraban la intensidad del daño que había sufrido.
Sabía que habría muerto si las circunstancias hubieran sido diferentes. La fuerza que lo atacó de la nada llevaba tanto rasgos físicos como mágicos. Debido a que los atributos pasivos que había ganado después de que su sombra viviente devorara el Fragmento del Alma de Defensa Absoluta podían acumularse contra tales tipos de ataques, una porción significativa del daño fue mitigada. ¡Estas habilidades habían reducido el daño que recibió en un asombroso 60 por ciento!
