—Señor, préstame tu fuerza —dijo ella como una devota creyente mientras sacaba una espada de su anillo interspacial. Era la misma espada que había usado para matar al monstruo que emergió del río para asesinarla. Le había sido regalada por su señor a pesar de su protesta. No la odiaba. Simplemente creía que no era digna de ella, digna de su confianza, amabilidad y… amor. No dudaba de que fuese invencible en el reino de la nitidez, y la sacó porque solo con ella sería capaz de derribarlo.
No era solo su deseo de matar a la bestia, sino también el de Roy. ¡Si ella mataba al señor del río, estaría completando uno de los tres requisitos para alcanzar la etapa de maestra de aura!
Tomando la postura de un caballero, levantó la espada de aura reforzada. Sus ojos ardían de determinación mientras la empujaba hacia adelante, apuñalándola hacia el corazón del Señor del Río. «¡Muere!»
El corazón del Señor del Río era su punto débil, y había fortificado su defensa usando magia.
