Dalila evaluó rápidamente la situación y formuló un plan —Señor, saben cómo trabajar juntos. Tienes que dividirlos en pequeños grupos si quieres derrotarlos fácilmente.
—Esa era la parte a la que estaba llegando —dijo Roy mientras rellenaba su mundo interno tomando una profunda respiración y empuñaba su otra espada con la mano derecha, sintiendo cómo su peso aumentaba a una asombrosa cifra de 14 toneladas mientras devoraba su aura como un fantasma hambriento.
—Prueba un poco de esto —dijo Roy a los monstruos que se acercaban, el aire a su alrededor crepitando con energía mientras blandía la espada purpúrea, desatando una poderosa ráfaga de viento que enviaba a varios de los monstruos hacia atrás volando como muñecos de trapo.
En cuanto a aquellos desafortunados monstruos sobre los que aterrizaba la pesada espada purpúrea negra, sus cuerpos estallaban como globos. Los espectadores presenciaban una lluvia de sangre y vísceras.