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Al escuchar sus palabras, Dalila se sintió confundida. ¿Acaso no había vertido simplemente fuego en el portal? ¿Cómo pudo concluir tanto a partir de eso?
Incapaz de entender cómo funciona su cerebro, parpadeó. —¿Confirmaste esto al verter fuego en el portal? Si es así, ¿cómo?
Al ver sus grandes ojos carmesíes, Roy pensó que eran realmente bonitos, pero no tanto como los de su esposa. No le importaba elogiarla en su mente. Después de todo, ella había sido su primera llama en esta vida. Aunque se había casado con una deslumbrante Sirena Femenina que podría derribar reinos con una mirada, le era difícil olvidar cómo se veía la mujer junto a él cuando estaba presionada debajo de él. El beso que había compartido con ella tampoco lo había olvidado.
