—Lo sé.
Él miró a Badulf y preguntó:
—¿Valió la pena?
—Intercambiar mi vida destinada a estar condenada por un subordinado que se convertirá en Señor del Reino en los próximos 20 años y, con suerte, evitará mi destino. Tú dime, ¿cómo no va a valer la pena? —le preguntó Badulf a cambio.
La boca de Arnard se abrió sorprendido al oír sus palabras.
Se dio cuenta de algunas cosas a partir de sus palabras.
En primer lugar, el Celestial del Agua había adivinado que Badulf moriría en el futuro.
En segundo lugar, habían hecho un trato a sus espaldas, el cual era que Damien trabajaría para él si fuera revivido.
Si eso fuera todo, Arnard no estaría tan en contra, pero sabía lo que su hermano pretendía y estaba seguro de que Badulf involucraría a su hijo en su futuro plan.