—Felicidades, hijo mío, por superar el Mar de Serpientes Místicas y pasar la Prueba de Fuerza. Has confiado en nada más que en ti mismo para cumplir con lo que muchos de mis descendientes han fracasado desde tiempos ancestrales. Podrías pensar que estoy equivocado, pero el arma rúnica y tu doble son parte de ti.
Una voz arcaica y varonil resonó en la cámara, haciendo eco en sus oídos.
Roy y Sin Sombra pensaron que él tenía razón.
—Podemos ser considerados como parte de tu fuerza —dijo Sin Sombra a Roy.
—Lo sé —Roy asintió hacia él.
Lo que no sabían era que habían malinterpretado sus palabras.
De los tres, solo el Caballero Justo no lo malinterpretó.
—Alma Antigua, no es algo que deba saber antes de florecer —El Caballero Justo miró al suelo, un sonido gutural similar al de un hombre aclarándose la garganta salió de su boca—. No la eches a perder.
—¡No lo haré! —La voz del alma arcaica solo podía ser escuchada por el Caballero Justo y viceversa.
