—Continúa —dijo Arlo y agitó su mano, señalándole que continuara.
—Las tribus que entren en mi reino sin mi permiso serán etiquetadas sin ceremonias como invasoras, perseguidas y cazadas hasta el último hombre. Pero como ya sabes, abogo por la paz y no me gusta el derramamiento innecesario de sangre. Espero que puedas desviar las hordas y enjambres de monstruos que vienen hacia mi reino a otro lugar si te encuentras con ellos. No necesitas iniciar una conversación con ellos —Ganesha usó su trompa para sacar un silbato de la bolsa atada a su costado, luego levantó su trompa sobre la mano de Arlo y la soltó, haciendo que cayera en la palma de Arlo—. Solo sopla este silbato usando un soplo que esté inyectado con aura, y ellos entenderán.
—Entiendo —dijo Arlo sin ver problema alguno en hacerle ese favor. Lo único que obtenía con esto eran beneficios. Los lazos que tenía con ellos se fortalecerían una vez completara esta misión.