Poco después, justo cuando los gemelos estaban a punto de sumergirse en el estudio de la magia, fueron detenidos por Roy.
—Esperen, hay algo que quiero que hagan por mí —Roy señaló a los gemelos, captando su atención.
—¡Sabía que no nos daría estas cosas sin pedirnos nada a cambio!
Al escuchar sus palabras, Aydin pensó que no había sido un error desconfiar de él, y lo miró con una expresión cautelosa y calculadora.
—No tenemos nada además de lo que nos diste.
—¿Qué podríamos darte?
Los gemelos se miraron entre sí y pensaron que Roy podría exigirles sus cuerpos.
Era un hecho conocido que los elfos eran fetichizados por los humanos, y ellos eran medio elfos, conocidos por ser incluso más encantadores que los elfos en la cama.
Por eso pensaron que él podría estar deseando sus cuerpos.
Pero lo que Roy quería de ellos no era sexo.