Esta cueva era muy grande, más de 15 kilómetros tal vez.
Muchos grupos de 4-5 lo atacaban mientras se adentraba en ella.
Pero él los derrotó a todos de una manera familiar, quemándolos hasta convertirlos en cenizas con fuego.
Finalmente, después de una hora, se le podía ver parado frente a un portal de 30 metros hecho de una neblina gris que giraba y separaba la parte de la cueva donde estaba de lo que había dentro.
Roy miraba fijamente. —Qué cosa más única. Tocó y vio que se ondulaba como el agua. Con un poco de fuerza, logró meter sus manos en ella. —El Señor del templo del fuego podría estar detrás de esto. Supongo que no tengo otra opción que pasar a través de ella.
Y entonces... la cruzó, entrando al otro lado.
『¡Ding! Has pisado el Puente de Supresión del Volcán.』
El puente era estrecho y largo. Estaba sostenido por pilares que brotaban de lava revuelta. Se podían ver tallas sospechosas en cada uno de ellos. Quizás era la razón por la cual la lava no los había consumido.