```
Kieran temía un desarrollo como este, pero no exactamente de la forma en que ocurrió.
Debido a que tenía un amplio entendimiento del temperamento de la Llama, pensó que probablemente lo destruiría en un arranque de ira. La idea de que la Llama controlara directamente su cuerpo, o al menos influenciara la relación entre pensamiento y acción, se le escapó de la mente.
Fue una falta de juicio de su parte.
Después de todo, había terminado en la Oscuridad Abajo sin ningún recuerdo de haber viajado aquí. Aparte de él, solo otra entidad en su mente podía ejercer suficiente control para hacerlo actuar sin saberlo: la Llama.
—¡Maldición! ...¡Libérame! —gruñía Kieran en su mente, la Voluntad ardía en un intento de completar su paso. Sin embargo, permanecía suspendido en el aire, golpeando contra una autoridad férrea contra la cual podía hacer muy poco.
Lo que enfrentaba ni siquiera podía llamarse un impasse.