Kieran pasó un tiempo en completa incredulidad.
Como había dicho momentos antes, toda la situación era poética.
Esta Prueba era el Testamento de la Sangre Moribunda, lo que significaba que giraba en torno al último deseo de la Llama, que Kieran creía que era la muerte de todos los Dioses. Pero esa suposición le parecía demasiado ambiciosa a Kieran, lo que le llevó a creer que había algún descuido tejido en su creciente entendimiento.
Había lagunas en la cohesión del significado de esta Prueba, lo que se hacía más evidente cuanto más fuerte se volvía Kieran.
—¿Por qué una Prueba relacionada con un Avance estaría centrada en aspiraciones de matar a los Dioses, de los cuales, por cierto, Kieran no tenía ningún conocimiento? —Un Adepto no tenía ningún asunto en guerrear con Dioses. Kieran no podía empezar a comprender su Dominio o en qué Límite existían.