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Una vez que el cuerpo de Kieran se colmó de energía proporcionada por la Restauración de Energía, se agachó para esquivar los golpes subsiguientes de Bundal antes de acercarse más. Hizo esto para reducir las posibilidades de que Bundal tuviera éxito en la extraña serie de Transmutaciones Imperfectas que había revelado a lo largo de sus acalorados intercambios de golpes.
Había veces en que Bundal cambiaba el estado de su piel para hacerla gomosa y absorbente al daño. Cuando eso sucedía, Kieran cambiaba de golpes contundentes, como Erupción de Ira, Ráfaga de Enfado, Embestida Furiosa y poderosos ataques básicos, a cortes precisos.
Además, como Bundal se había liberado de sus restricciones, Kieran tuvo que esperar para desatar el Pulso de Sangre hasta que surgiera la oportunidad perfecta, que era justo ahora.
Para cuando Bundal reveló que algo andaba mal, con varias alarmas en su mente indicándole que debía tener precaución, ya era demasiado tarde.
