—Todos están aquí, así que permítanme preguntarles —dijo Nixeno mientras miraba a todos los poderosos en el apogeo del 9º reino—. ¿Deberíamos abrir esta puerta o no?
Nadie habló por un rato y simplemente observaron la misteriosa puerta antigua.
—Bueno... No nos queda otra opción más que abrirlo.
—Sí, ábranlo.
—Hemos visto casi todo, así que cuando hay algo nuevo, nuestra curiosidad se intensifica anormalmente.
—Jaja, cierto. No hay más opción que abrir esta puerta, no importa lo maldito que traiga.
—Eh, ahora entiendes mi dolor —Nixeno se rió con sorna después de escuchar eso—. También no puedo evitar actuar por mi curiosidad.
—Humph, maldito gato. No olvides ese dicho, jajaja. La curiosidad mató al gato.
—¡Bastardo, ese dicho no se aplica a lo que hice antes y lo que estamos haciendo ahora!
—Bien, basta de charla y abran la puerta.
—Déjenme hacerlo yo —dijo Olethros mientras mostraba una sonrisa demoníaca.