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—¿Es suficiente? —preguntó Arkhen mientras se frotaba las sienes. Estaba en alguna gran ciudad de Asia con al menos un millón de personas congeladas hasta la muerte. Para ellos fue una muerte instantánea sin dolor mientras seguían su camino hacia el Cielo o el Infierno después de morir.
—[Sí. Ahora llevará muchos días para que Sierra se reencarne. Mi señor, usted también ha llegado a su límite por ahora. Aunque tiene energía primordial y chi ilimitadas, su mente ya está bajo presión. Si usa más energía, entrará en coma para recuperarse automáticamente y tardará unos meses antes de que pueda abrir los ojos.]
—Sierra sigue viva, ¿verdad?
—[He logrado que se mantenga con vida por los pelos. Puede hablar con ella antes de despedirla y luego recuperar su alma del Cielo de este reino de grava. Pero esos ángeles y seres que viven en el Cielo te obstaculizarán.]
—Entonces pueden irse al infierno —dijo Arkhen antes de teletransportarse al primer piso del castillo.
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